Dirigiendo a las masas: devolverle la R al MMORPG

febrero 15, 2016

¡Por la república!

Y finalmente sucedió. En un mano a mano muy reñido, se llevaron a cabo, a modo de concurso por un puesto en el staff, no uno, sino dos eventos con tinte rolero en el servidor principal de ImperiumAO. ¡Y vaya que nos divertimos! 

“Tras la vuelta de Fausto, el pueblo republicano ha vivido un secreto a voces; el pacto de su líder caído en batalla con el demonio Garveloth supo dividir a los republicanos, al punto de consumir a los más devotos y hacer retroceder a los más fieles soldados de Suramei. Ya no todos alzan su puño al aire ante la presencia del restaurador; ya no todos confían en sus compañeros de armas, ni portan con orgullo el color naranja en su armadura.
Tras la vuelta de Fausto, el pueblo republicano se ha visto rodeado por la muerte. La ciudad portuaria tiembla noche a noche por el deambular errante de criaturas sin vida, putrefactas, carentes de voluntad, que no son otra cosa que un daño colateral de la sed de venganza de su líder muerto en vida.
El clero republicano se ha dividido. Acólitos, clérigos y sacerdotes claman por ‘la segunda vida’ como la vía hacia una raza superior, capaz de enfrentar al Imperio. Corrompidos por la paradoja que Garveloth ha sembrado en Rhagnark, clérigos y nigromantes ya no se diferencian, y siguen a ciegas las palabras de un líder sediento de poder. El nombre Sterben resuena en todo Suramei. La muerte camina libremente. La república, en tanto, se muere”

La consigna, como hemos hablado en entradas anteriores, exigía la confección de un evento con fuerte tendencia hacia el roleplaying, capaz de movilizar a un gran número de jugadores y fomentar su participación desde la interpretación con base en la historia oficial del mundo - aún con la inevitable presencia del mata-mata propio de los mmorpg actuales. Planteé para ello el típico drama épico en cuatro actos, desde el levantamiento frente al mal, personificado en un oscuro clérigo corrompido por un demonio con influencia en el trasfondo de la facción republicana, hasta el trágico sacrificio del protagonista, seguido por la épica batalla final frente a las criaturas del inframundo en plena plaza central de Suramei. Un buen villano, un protagonista clisé, un objeto con tinte sagrado y tres ubicaciones claves: el templo de Suramei, la gran biblioteca de Lindos y la plaza central de la república. No más que una pequeña sucesión de escenas con elementos por demás sencillos, con el único objetivo de fomentar la participación de tantos jugadores como fuera posible, aún tratándose de una historia con un protagonista prediseñado y un guión por demás calculado por razones de tiempo y organización.




Y, para mi sorpresa, se generó un movimiento bastante interesante. Obviamente, entre la masa de jugadores que decidió seguir mis instrucciones y responder a mis designios, hubo quienes sólo perseguían un monto de experiencia, o algún tipo de premio, o incluso clamaban por ordenes más directas con comentarios poco roleros del estilo "flaco, decime a donde tengo que ir", pero más allá de eso, fueron muchos los personajes que buscaron su propio camino mientras clamaban por la república, que supieron hacer suyo el odio hacia el reciente enemigo del pueblo e incluso lamentaron a viva voz el sacrificio del ignoto protagonista. La dinámica, por otro lado, fue tan extraña como prometedora: el solo hecho de confrontar indirectamente al propio líder faccionario generó un buen revuelo en los participantes, quienes interpretaron, en la medida de lo posible, su posición frente a la actualidad política de la República.  

“La locura de Sterben ha sido silenciada por el pueblo republicano. La ausencia de Fausto en el campo de batalla, por otra parte, resuena entre los soldados heridos. Suramei tiembla aún tras la victoria, y celebra sin demasiado énfasis ante el desinterés de su líder”

No fue, admitámoslo, la devolución de esa R al MMORPG de la que tanto hablo, pero sin lugar a dudas fue un paso hacia un verdadero servidor dedicado. Fue la prueba de que existen muchos jugadores que claman en silencio por la posibilidad de rolear más allá de las matemáticas del juego, más allá de las mecánicas, más allá de la experiencia y las condecoraciones. No había premio, no había nada más que un encuentro, nada más que un momento para ponerse en la piel de un personaje en un ambiente en el que ello no suele suceder, y la gente respondió...  




¿Y qué dejó esto, además de esa buena sensación? En principio, pues, un lugar en el staff (¡yey!) y, además, una necesidad de seguir. Necesidad de seguir probando cosas  y, obviamente, de seguir cometiendo errores. A partir de ahora, todo será fomentar la parte rolera de los jugadores, ya sin guión prefabricado, y dando pie a mis amadas partidas improvisadas (si es que encuentro la forma de que el juego, en sus mecánicas, logre seguirme el ritmo). 

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¿Qué dejó esto, además de esa buena sensación? Pues...

Quiero más




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