Universos no roleros totalmente roleables [offtopic]

mayo 08, 2016

En los últimos días he estado escribiendo mucho sobre esto de los universos de ficción; principalmente motivado por los preparativos de un pequeño concurso literario en el que estoy trabajando, y en el que, humildad aparte, di por válido hablar con certeza sobre la existencia del "universo Imperium". El universo Imperium - planteo abiertamente en las reglas del mismo - debe estar reflejado en el relato. No alcanza con contar una historia de fantasía medieval, sino que debe notarse que los hechos tienen lugar en las tierras de Imperium. 

Qué sería el universo Imperium me decía a mi mismo, y a partir de allí surgía la inevitable comparación que da pie a esta entrada: qué hace a Marvel, a DC, a Glorantha o a Ravenloft, ser considerados como 'universos' y, en un plano más general, qué es en sí mismo un universo en este contexto. Porque en principio no alcanza con plantear que las cosas, los sucesos, las relaciones, se den en un mismo plano. No es el suelo común lo que hace de estos mundos un universo, sino la cohesión de un sin fin de conceptos que trabajan en conjunto conformando una totalidad homogénea con sentido propio (y, si se quiere, y apelando a la visión gestaltica, donde esa totalidad sea más que la simple suma de sus partes).

Yendo a lo más básico del asunto, y leyendo incluso desde la wikipedia, la primer respuesta que se nos presenta hace alusión a la complejidad apreciable para hablar de universo de ficción. Complejidad y reiteración, en tanto un universo se conforma por la sucesión y acumulación lógica de eventos interconectados en un conjunto lógico de personajes, conceptos y poblaciones. Y en esa definición, aquellos que nos hemos hundido hasta el cuello o más en los juegos de rol podemos decir sin temor que cualquier escenario de campaña o metatrama oficial cumple con creces tales requisitos. El semiplano del terror, los señores oscuros, Strahd, se complementan en una historia infinita agrupada bajo el nombre de Ravenloft. Ni hablemos de Whitewolf y su mundo de tinieblas, donde la conjunción de una decena de metatramas cruzadas han dado, al menos para los amantes de la misma, un universo de ficción en el que vivir una vida paralela tan real como la física. Universos, y buenos universos, los hay por donde se mire, pero no es exactamente esto lo que estamos buscando con estas palabras: la cuestión es ver dónde están los universos escondidos, y entender por qué no han llegado a ver la luz. 

Quizá sea producto de reflexiones absurdas, pero para alguien que, como yo, ha aborrecido desde siempre los videojuegos de pelea, pero se ha rodeado de un sin fin de amantes de los mismos, ha sobrado el tiempo para pensar los personajes que allí se dan de hostias y sus trasfondos. 



Marvel Super Heros me explotaba la cabeza mientras, jugando sin mucha gracia, relataba en voz alta escenas sumamente estúpidas basadas en aquello que de sus personajes sabía gracias al conocimiento de universo en que habían sido concebidos. Pero, claramente, tales universos no fueron creados en un videojuego de peleas, sino en el mundo del cómic y del cine. Pero otros cantares son los que suenan cuando ponemos el ojo en sus grandes competidores: street fighter, king of fighters y mortal kombat en otros se asientan, a mi parecer, sobre universos tan o más ricos que muchos de los hoy aceptados y compartidos. Y la importancia que rescato de estos casos yace en que los mismos aparecieron, sí, a partir de un videojuego de peleas donde los trasfondos sirven de poco a nada. Franquicias de videojuegos los llaman; "la gran competencia entre las franquicias mortal kombat y street fighter en los 90's". Pero no podemos obviar el hecho de que detrás de esas largas columnas de retratos pixelados que eran las previas a cada batalla se encontraba un torneo al que cada luchador llegaba portando una historia que contar y buscando una victoria por motivos muy propios y ajenos al simple calor de la batalla y la gloria de coronarse campeón de algo. 





Anoche, atiborrado de pizza y con algo de insomnio, recordaba con cierta gracia los años en los que leía el cómic de Mortal Kombat, y me replanteaba sorprendido esto mismo que hoy escribo: una franquicia de videojuegos de pelea nacida en 1992 supo cambiar las reglas del absurdo mata mata propio de los juegos de pelea, dotando de personalidad a los luchadores del mismo, dando pie luego a la edificación de un verdadero universo de ficción, lógico e interconectado en una línea continua de sagas, y apoyado en la ampliación de medios, cuando años después comenzaron a aparecen películas, series e historietas que ahondaban en las relaciones que el videojuego mostraba con cierto recelo, sin darle hasta ese momento demasiado protagonismo para no romper, creo yo, su esencia de peleitas




Con un lugar común y un suceso repetido en el tiempo, léase el gran torneo de combate mortal por la conquista del planeta Tierra, una serie de personajes principales o protagonistas, dotados de personalidad propia y relacionados entre sí, liderados de alguna manera por el mítico Liu Kang, y la presencia de un conjunto de enemigos como Goro y Shang Tsun al servicio del archipoderoso malo maloso Shao Kahn, Mortal Kombat se postula como universo ficticio sumamente rico en información para plantear sobre él un sin número de historias (historias algo chulas y pretenciosas, con malos efectos especiales y un parecido nada forzado a los power tangers, pero historias al fin).



Lo gracioso del universo mortal kombat es que, así como sucede en nuestras propias grandes campañas roleras, mucho de lo que "hizo historia" en él surgió de alguna broma o error de programación. Pequeñas cosas que acercan el juego a los jugadores, poniendo al jugador en una posición de cómplice de los sucesos que el juego planteaba, ya no en historia o mecánica, sino en el trasfondo, en la leyenda, en el boca a boca. Fácil es recordar el You are toast! devenido Toasty! (tostadito), acompañado por la cara del mítico Dan Forden, originado por una broma interna del staff, el juego de palabras de noob saibot, o la incorporación de Ermac en UMK3, tras su "accidental creación" a partir de un error del juego, por el cual, ocasionalmente, la ropa de Scorpion se pintaban de rojo y al vencer se leía "ERMAC wins" (ERror MACro), misma denominación con la que se auditaba en estadísticas el número de apariciones del código erróneo mientras se corría la aplicación. Simpática vuelta de tuerca le dieron los miembros del staff, convirtiendo el error en un personaje creado a partir de almas a petición del malo maloso de turno, caso similar al de Skarlet en posteriores ediciones del juego. 

En fin, Mortal Kombat es sólo una muestra de los tantos universos no roleros que encuentro sumamente roleables y que han sido destinados al olvido detrás de su estigma de videojuego de lucha, ajeno a todo trasfondo útil en términos de jugabilidad. Las anécdotas detrás del universo mismo lo acercan más a nuestros malabares cotidianos cuando, en la piel de narrador, le pifiamos a algo y lo atamos con alambre, esperando que se note lo menos posible. 

Un offtopic más para la lista. La próxima volvemos a lo que a ustedes, lectores, suelen llegar buscando.




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